La gran pandemia de gripe es catalogada como una de las más letales de todos los tiempos. Causada por un brote de influencia virus A del subtipo H1N1, la gran pandemia gripal tiene su origen en dos posibles hipótesis: primero, había sido el centro de contagio la región asiática del Tíbet en 1917 y desde allí se diseminaría por toda Europa gracias a los movimientos militares propios de la Primera Guerra Mundial (1914-1918); la segunda y aceptada por los estudiosos del tema, es que nacería en los cuarteles militares de Kansas, EE.UU., en marzo de 1918. No se conoce con exactitud la tasa de mortalidad que causaría entre 1918 y 1919. Sin embargo, se estima que el 20% de la población mundial en estos dos años contagió y mató entre 50 y 100 millones de personas.
Este flagelo golpearía fuertemente a la población venezolana debido a las precarias condiciones sanitarias que existían en el país para 1918.
PRIMERA GUERRA MUNDIAL. Los continuos movimientos militares y las condiciones de salubridad que generaba la guerra hicieron que la gripe se propagara a nivel mundial.
El virus mortal afectaba específicamente el sistema pulmonar y el sistema neurológico, produciendo con esta última la llamada encefalitis letárgica o de Von Ecónomo, caracterizada por alta fiebre, dolor de cabeza y de garganta, visión doble, respuestas físicas y mentales retardadas, inversión del sueño, catatonia y fatiga. Los investigadores al observar microscópicamente el tejido de los pulmones enfermos, descubrirían que la enfermedad inundaba por completo los alvéolos y demás cavidades pulmonares, produciendo el ahogamiento progresivo de los contagiados. Para completar el cuadro sintomático -y lo cual lo hacía aún más temible- serían las manchas caobas en los pómulos y en las zonas de las membranas mucosas, las que con el transcurrir de las horas se convertían a una coloración negro azulada, propia de la cianosis; al manifestarse esta patología se consideraba irreversible la salud del afectado, y eran apartados para que muriesen reposadamente en sitios específicos.
La Pandemia Desenfrenada.
Sería en España el país donde los efectos de la pandemia griposa se tratarían públicamente, país europeo que se había mantenido al margen de la guerra. Este hecho resulta importante a la hora de estudiar su impacto, ya que en el resto de los países no reflejaban los estragos mortecinos debido a la férrea censura de la prensa, que buscaba no desmoralizar a las tropas en los frentes de combate. La gripe española debe su nombre, por tanto, a la censura de tiempos de guerra, y no a su origen. En efecto, sólo en España 8 millones de personas sucumbirían en 1918. Al final, la mortandad producida por la pandemia causaría cuatro veces más daño que la propia Gran Guerra. Las deficientes políticas sanitarias de entonces, la carestía de medicamentos, y la movilización constante de los ejércitos en pugna serían los factores capitales para que este flagelo se expandiera rápidamente en todo el planeta.
Se estima que en la India murieron entre 15 y 17 millones de personas; en Gran Bretaña, 200.000 personas; en Francia e Italia 400.000 cada uno; en Alaska perecieron comunidades enteras; en Australia, 100.000 personas; y en las Islas Fiji el 14% de la población feneció en dos semanas. En los Estados Unidos aproximadamente el 28% de la población sucumbió y se tomaron medidas inmediatas: cierres de escuelas, bares, cines, iglesias, entre otros espacios públicos. En Chicago, la policía tenía la orden de detener a toda persona que estornudara o tosiera en público y, en San Francisco, se ordenaría llevar mascarilla bajo multa e incluso encarcelamiento, además de que los puertos más importantes se pondrían en cuarentena; en otras ciudades recargadas por el número de cadáveres, se agotarían los ataúdes y tuvieron que convertir los tranvías en coches fúnebres para cubrir la demanda.
El paso de la muerte en Venezuela
...la enfermedad tendría su mayor repunte en Maiquetía entre el 15 y el 19 de octubre mientras que en Caracas se extendería desde el 23 de noviembre hasta bien entrado el mes de diciembre. Para dar una idea del brutal impacto, desde 1 al 4 de noviembre sucumbirían 98 personas por día.
En 1918 la mortal influenza llegaría a Venezuela. Entraría, en primera instancia, por el puerto de La Guaira, en el actual Edo. de la Guaira, en los últimos días de septiembre y se diseminaría libremente en Maiquetía y en la ciudad de Caracas. El 1 de octubre se reportaría la primera muerte a manos del letal virus en la parroquia La Candelaria; entre el 6 y el 12 del mismo mes fallecerían dos personas más en San Juan y Catedral. El cuadro sintomático se presentaría como un cuadro gripal típico –elemento que lo hacía pasar desapercibido inclusive desde días antes por los reportes oficiales– con tos, vómito, irritación nasal, infección de nariz y garganta, además de daños neurológicos y hepáticos considerables.
Según informaciones emitidas por la Academia Nacional de Medicina, la
enfermedad tendría su mayor repunte en Maiquetía entre el 15 y el 19 de
octubre mientras que en Caracas se extendería desde el 23 de noviembre
hasta bien entrado el mes de diciembre. Para dar una idea del brutal
impacto, desde 1 al 4 de noviembre sucumbirían 98 personas por día.
Una de las características más resaltantes del flagelo sería su
repentina explosión y su igualmente repentino decaimiento: invertía 8
días en subir de manera
veloz y de 4 a 5 días en mantenerse, y otros 12 en descender y otros 15 en extinguirse.
veloz y de 4 a 5 días en mantenerse, y otros 12 en descender y otros 15 en extinguirse.
DEFUNCIONES EN EL DISTRITO FEDERAL
Según estadística llevada a cabo por la Junta de Socorros del Distrito Federal
Según estadística llevada a cabo por la Junta de Socorros del Distrito Federal
Ciudad de Caracas | 1.421 |
En las Parroquias foráneas | 211 |
En el Departamento Vargas | 258 |
TOTAL | 1.960 |
Las entidades ubernamentales insistieron en negar la existencia del flagelo, tratando de vedar la magnitud real de la pandemia. En un telegrama enviado al general Gómez el 16 de octubre de 1918, fecha en la que las autoridades estaban al tanto de la situación pandémica, el general Ignacio Andrade, Secretario de Gobierno, le informaba así al mandatario andino: “La verdad que le han comunicado de epidemia en La Guaira, es exagerada (…) Sólo hay un catarro que da con fiebre que dura dos días”. Evidentemente existía desinterés en atender públicamente la enfermedad a un mes de su llegada a Caracas, que ya había matado a más de 1.000 personas.
Medidas sanitarias frente al flagelo.
Aceptado por el gobierno gomecista el impacto ineludible de la pandemia griposa, comenzarían a tomarse medidas profilácticas para combatirla. Se impartirían, en efecto, la orden de realizar un cordón sanitario y hacer efectiva una limpieza de la ciudad, se implantarían planes de fumigación,entre otras urgentes medidas. Además, el gobierno fomentaría la creación de instituciones como la Junta de Socorro del Distrito Federal para Entierros Griposos y la Junta para el Control de los Infectados. Uno de los organismos más importantes de este tipo fue la Junta de Socorro del Distrito Federal, creado el 28 de octubre de 1918, con un presupuesto de 500.000 bolívares. Esta campaña sanitaria estuvo dirigida y supervisada por el Doctor Luis Razetti, Secretario perpetuo de la Academia Nacional de Medicina.
Además, el plan de contingencia contaría con una serie de juntas subalternas apostadas en cada parroquia y sectores de la ciudad con la idea de que existiese una vigilancia intensiva; estas brigadas contaban con servicios de socorro, distribución de víveres y utensilios medicinales, instalaciones de aislamientos, comedores, además de brigadas especiales para los sepelios.
En rigor, sería frente a esta mortal enfermedad que por primera vez el Estado venezolano entablaría su atención a la higiene pública, a la prevención médica, y en fin, al tema de la salubridad. El concepto de higiene pública comenzaba a ser parte del entramado público y una imperiosa necesidad no sólo estatal, sino también un asunto ciudadano. En esta perspectiva, el gobierno gomecista iniciaría la legislación para forjar una ley de sanidad, que previniera y controlara científicamente los brotes infecciosos y afines.
Superados los estragos de la gripe, la conciencia ciudadana comenzaría a ver la necesidad de la prevención sanitaria como medida principal para evitar los brotes mortales de cualquier otro virus que amenazara con la vida de los habitantes.
JUNTA DE SOCORROS DEL DISTRITO FEDERAL. Conformada por los doctores Luis Razetti y Francisco Antonio Rísquez, los monseñores Rafael Lovera y Felipe Rincón González, y los señores J.M. Herrera Mendoza, Oscar Augusto Machado, M. Pérez Dupuy, esta sería la institución creada para llevar a cabo la campaña sanitaria que enfrentaría la gripe en el Distrito Federal.
Una de las medidas implantadas por la Junta de Socorros fue la creación de cocinas populares para solventar los problemas alimenticios que provocó la enfermedad.
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PARA SEGUIR LEYENDO:
- Dávila, Dora. Caracas y la gripe española de 1918: epidemias y política sanitaria. Caracas, Universidad Católica Andrés Bello, 2000. Dávila,
- Dora: La gripe española de 1918. Serie Historia para todos. Caracas, Revista del Consejo Nacional para la Cultura (CONAC), N°8, 1991-1995.
- Junta de Socorros del Distrito Federal (Caracas). La epidemia de gripe en Caracas: informe. Caracas, Lit. del comercio, 1919.
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